Hoy no comimos en casa así que no nos tocó cocinar. Sin embargo disfrutamos de la especialidad de mi madre: milanesas de pollo :).
Sí, blancas (de pechuga) y negras (pata-muslo). Y no supremas, milanesas. Nadie más que mi madre ha desarrollado en la familia la habilidad y la paciencia para pelar los huecitos ;). La acompañamos con unas papas hervidas con aceite y un poco de sal.
Y de postre, budín de mandarina, trabajo de mi hermanita. Suave y esponjoso. Especialmente pensado para ser tostado en los días venideros (la debilidad de las mujeres de la familia).
Nos volvimos a casa pipones, con unas rodajas de budín y una bolsa de 2,40 kilos de quinotos para hacer la mermelada de mi abuela :).
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